La extrusión es el proceso mediante el cual se fabrican los perfiles de aluminio. Una forma sencilla de entenderlo es compararlo con apretar un tubo de pasta dental: el aluminio caliente, en forma de un bloque cilíndrico llamado perno de presión, es forzado a pasar a través de una matriz, al igual que la pasta sale del tubo. La matriz actúa como molde, dándole al perfil la forma deseada.
Antes de ser extruido, el perno se calienta en un horno de inducción a temperaturas que rondan los 450 a 500°C. Al salir de la matriz, el perfil aún está caliente y blando, por lo que se enfría con aire o agua y luego se estira. Este estirado elimina tensiones internas y asegura que el perfil tenga las dimensiones correctas.
Finalmente, el perfil es cortado a la longitud deseada y sometido a un tratamiento térmico que le confiere su resistencia final, ya sea mediante enfriamiento controlado o endurecimiento por calor.
Los canales de tornillo abiertos prolongan la vida útil de la matriz, por lo que evita costos innecesarios.
La Matriz se utiliza en la producción de perfiles de aluminio. Es el instrumento a través del cual se presionan bloques/pernos de presión de aluminio aleados y calientes para formar los perfiles de aluminio finales. El proceso se llama extrusión y, dependiendo de si desea producir un perfil sólido o un perfil de aluminio, debe usar diferentes matrices.
Dado que es la matriz a través de la cual se presiona el aluminio para producir el perfil final, también determina la apariencia del perfil y, por lo tanto, se utilizan diferentes matrices para producir diferentes perfiles.
Ejemplo de matriz para extrusión.
La matriz a utilizar también depende de si va a producir perfiles macizos o perfiles huecos. Como puede verse en la ilustración, una herramienta en una parte se usa para la producción de perfiles sólidos, mientras que la producción de perfiles huecos requiere una matriz en dos partes, las dos partes consisten respectivamente en una matriz y un núcleo que forma la cavidad del perfil.
El recubrimiento en polvo es un proceso de tratamiento de superficie que otorga a la superficie de aluminio una serie de propiedades positivas al mismo tiempo que un aspecto decorativo.
Al recubrir aluminio con pintura en polvo, en primer lugar, tiene la oportunidad de colorear el metal en el color que desee. El aluminio se puede teñir con todos los colores RAL y NCS, así como con una amplia selección de lacas estructurales y metálicas específicas. Además de colorear la superficie de aluminio, el lacado le da al aluminio resistencia a la corrosión y a los rayos UV, así como una alta resistencia al desgaste y al impacto.
Dos perfiles de aluminio pintados en dos colores diferentes.